Oriundo de Trujillo, la ciudad de los Pizarro, se reclutó para participar en la conquista de Perú, en la estancia en la España de Francisco Pizarro en 1529. Había nacido hacia 1502, de una familia modesta.
Participó en la batalla de Cajamarca, y tuvo en la distribución del rescate de Atahualpa 3/4 de parte de oro y 7/8 de parte de plata (3 330 pesos de oro y 158 3/8 marcos de plata). Dejó rápidamente el Perú en 1534, encargado escoltar a Pedro de Alvarado hacia Guatemala, después de la tentativa de éste de usurpar en los territorios concedidos a Pizarro. Dio la vuelta a continuación en Trujillo de España, pero después 11 ó 12 años, fue ganado por la nostalgia, y volvió de nuevo al Perú.
Hubo en 1546, durante la guerra civil, y se benefició del apoyo de Gonzalo Pizarro que le concedió un modesto encomienda a Cusco. Poco a poco, su situación se mejoró, y en 1559, era regidor de Cusco.
Veterano de Cajamarca, tenía placer que decir con humor, los episodios de la Conquista. El año 1571, el virrey Francisco de Toledo le pidió inscribir sus recuerdos. No sabiendo escribir, los dictó.
Murió en 1576.
Su crónica titulada Relación del descubrimiento del reino del Perú, permaneció ignorada durante casi cuatro siglos. Sólo fue redescubierta en 1935. Se considera como una fuente muy importante de la historia de los acontecimientos de 1531 hasta la toma de Cusco el 15 de noviembre de 1533.
